El signo deíctico

Un deíctico es un signo consistente en un señalamiento. Teniendo en cuenta el carácter evidentemente visual de las lenguas de signos y, por tanto, el uso que hacen del espacio inmediato, dicho señalamiento puede desempeñar diferentes funciones. En este apartado nos centraremos en el uso del deíctico o señalamiento para expresar las siguientes categorías gramaticales:

  • Pronombres: personales, posesivos y demostrativos.
  • Locativos: adverbios de lugar.

Los deícticos se realizan con la forma de la mano (configuración) señalando con el índice hacia la que se ubica la persona o el lugar de referencia (y/o con la orientación de la mirada hacia este lugar). En caso de que esa persona no esté presente, el señalamiento o deíctico indicará cualquier parte del espacio situado a los lados de la persona que signa (signante).

Para los pronombres posesivos se cambia la configuración de señalamiento con el índice por la de la mano con la palma plana. Para los plurales (nuestro, vuestro, suyo) se añade el pronombre personal antes de marcar el posesivo, tal y cómo se puede comprobar en el vídeo anterior.

También es importante señalar que, además de para los anteriores usos, los deícticos se emplean, por ejemplo, para hacer referencia a una parte del cuerpo, como puede observarse en el vídeo "vocabulario facial"

En cuanto al lugar que ocupa el deíctico dentro de la oración, este dependerá la función que ocupe dentro de la misma, de forma que si funciona como sujeto irá al principio de la oración y si funciona como anafórico irá al final del sintagma nominal al que hace referencia. En el caso de un posesivo, irá situado tras en sustantivo con el que está relacionado. Ejemplos:

a) Pronombre personal (Sujeto):

ÉL NOMBRE -j-u-a-n-

Él se llama Juan

b) Pronombre posesivo:

NOMBRE MÍO –j-u-a-n-

Mi nombre es Juan

c) Pronombre demostrativo (sujeto):

ESTO BONITO

Esto es bonito

d) Pronombre demostrativo (anafórico):

ZAPATO NEGRO ESO YO QUERER

El zapato negro, yo lo quiero.

e) Adverbio de lugar (anafórico):

NOSOTROS COLEGIO AHÍ NOS-VEMOS

Nosotros nos vemos ahí, en el colegio.


Como podemos comprobar, mediante los signos deícticos se establece una relación entre un lugar en el espacio y un referente no presente. Por ejemplo, si el signante primero menciona un referente y luego apunta hacia un locus (lugar) en el espacio sobre un plano horizontal ubicado frente al él, en lo sucesivo los pronombres o verbos indicadores (direccionales) que se dirijan hacia ese lugar estarán haciendo referencia a ese referente asociado con ese lugar.

Por ejemplo, puede situarse a dos personas, una a la izquierda y una a la derecha, esto se hace a través de un señalamiento hacia ese locus después de nombrarlos. Podemos observar este recurso gramatical de la LSE en el vídeo "Ubicación en el espacio".

En el primer ejemplo del vídeo observamos cómo se ubican a dos personas, una a la izquierda (Elena) y una a la derecha (Miguel):

-e-l-e-n-a- IX-izq –m-i-g-u-e-l- IX-dch

A partir de este momento cada uno ocupa un lugar delante del signante de forma que, cada vez que este señale a la izquierda a lo largo del discurso se estará refieriendo a Elena y cuando lo haga hacia la derecha lo hará con Miguel. Cabe recordar que el señalamiento puede hacerse con el índice, la palma de la mano (pronombres posesivos) o con la dirección mirada o inclinación de la cabeza.

Además, si se emplea un verbo direccional, la dirección de su movimiento dejará claro quién actúa como sujeto y quién como objeto. Esto puede observarse en el vídeo "Ubicación en el espacio con verbos direccionales".

En este vídeo podemos observar los siguientes ejemplos (el señalamiento se representa con el símbolo IX-):

1. –e-l-e-n-a- IX-izq –m-i-g-u-e-l- IX-dch DAR(dchàizq)

Miguel le da a Elena

2. GOBIERNO IX-izq MANIFESTACIÓN IX-dch DECIR(izqàdch)

El Gobierno dice a la manifestación (manifestantes)

3. COLEGIO IX-dch INSTITUTO IX-izq VENCER(dchàizq)

El colegio vence al instituto

4. MAMÁ IX-izq PAPÁ IX-dch DECIR(dchàizq)

Papá le dice a mamá

5. IX-izq+MUJER(ella) IX-dch+HOMBRE(él) ENSEÑAR(izqàdch)

Ella le enseña a él

Por último, podemos hacer referencia al uso de este mismo espacio para expresar un discurso a través de roles. De esta manera, siguiendo el ejemplo anterior, imaginemos que estamos contando un diálogo que han tenido Elena y Miguel, podríamos hacerlo a través del desempeño de roles: Para ello giraríamos levemente la cabeza y los hombros hacia la izquierda tomando el rol de Miguel (él está a la derecha dirigiéndose hacia donde está Elena) y haremos lo propio cuando adoptemos el rol de Elena para expresar lo que le cuenta a Miguel (la cabeza y los hombros se giran hacia la derecha). Podemos observar esto en el siguiente vídeo "diálogo".

No debemos confundir este movimiento con el que se realiza para marcar una conjunción copulativa y que consiste en inclinar el eje corporal hacia la izquierda y la derecha o el que expresa una conjunción disyuntiva en el que los hombros se adelantan alternativamente acompañados de una expresión facial característica. Para comprobar cómo articular estas conjunciones observa el vídeo correspondiente a cada una de ellas.

Es evidente que este mecanismo, el del uso del espacio, permite dar continuidad al discurso, es decir, funciona como un conector, más concretamente como un elemento anafórico (que hace alusión a un referente ya presentado al interlocutor). Pero ello requerirá que el signante recuerde en qué lugar se “ha ubicado” a cada referente para no cambiar la localización de los mismos, ya que ello aportaría confusión al discurso y podría llegar a hacerlo incomprensible.

Otro conector que aporta coherencia y continuidad al mensaje signado es el uso de las pausas. Las pausas marcan la diferenciación entre diferentes elementos dentro de una estructura sintáctica, de la misma forma que lo hacen los signos de puntuación. Un pausa mínima puede marcar el paso de un sintagma a otro, una algo mayor el de una oración a otra y una algo más prolongada aún el cambio de una idea argumentativa a otra al igual que ocurre con un punto y aparte.

Es fundamental el uso correcto de los recursos gramaticales del espacio y de las pausas en la LSE. Por ello es muy importante comenzar a emplearlos de manera adecuada desde el principio. Para ello presta especial atención a cómo los emplean las personas signantes de tu entorno y a los vídeos del curso.

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